30
ABR
2020

DESESCALADO

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En estos últimos días se han ido conociendo diversas noticias sobre cómo se va a llevar a cabo el denominado desescalado, a los fines de volver a la nueva normalidad. Es importante tomar en consideración que ni los noticiarios, ni los debates más o menos pedagógicos que pueden verse en televisión o escucharse en radio, ni tan siquiera las conferencias que emite el Presidente del Gobierno, constituyen fuente jurídica alguna que sirva de base firme para llegar a conclusiones fidedignas sobre cuando, como y en qué términos se llevará a cabo ese proceso de normalización. Se han publicado algunas líneas maestras pero sin concreción clara, es decir, podemos suponer situaciones pero nada más. Desde este despacho abogamos por la prudencia y sin más remedio paciencia a la espera de que esperemos que de inmediato se publiquen los primeros decretos reguladores en el BOE que son la única fuente fiable para conocer el proceso a seguir. Si puede afirmarse que la próxima semana la apertura será mínima y en sectores y actividades muy concretas. De forma inmediata independientemente el día festivo y fin de semana que se avecina, tan pronto podamos emitir unos criterios sobre la base de las normas que se publiquen, serán puntualmente informados para poder organizar adecuadamente sus actividades.

Surge igualmente el debate en cuanto a si a partir de ahora decaen los ERTES por Fuerza Mayor y habría que iniciar otro tipo de ERTES, o bien si se van a transformar automáticamente o no. Sin perjuicio de las normas que finalmente se aprueben, nuestro criterio inicial es que en tanto se continúen manteniendo limitaciones, el concepto de Fuerza Mayor no debe considerarse que pierde su valor, y en tal medida, y sin perjuicio de que puedan irse incorporando paulatinamente trabajadores a la actividad a medida que el cambio de fase suponga una mayor posibilidad de trabajo, no deberían darse por finalizados o tener que transformarlos. Debiéndose considerar en todo caso que a medida que se alcance la normalidad, puedan darse como probablemente así sea, déficits importantes de actividad una vez nuestras empresas vayan rodando, y esto pueda suponer nuevos ERTES por causas económicas o productivas, de carácter temporal o llegado el caso, ERES extintivos o despidos individuales.

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